
Las imágenes son impactantes: una tortuga marina nada con una bolsa plástica atrapada en una de sus aletas, un delfín aparece varado en la orilla con restos de una red de pesca plástica en su hocico, y una vista aérea revela una zona del océano donde parece formarse una isla de plásticos arrastrados por las corrientes. No es difícil entender por qué nos sentimos indignados o tristes, o incluso ambas cosas al mismo tiempo.



